jueves, 7 de septiembre de 2006





El Club Del Ruido empieza a partir de 4 sujetos que escuchamos principalmente Rock

Acá hay algunas definiciones del rock que escuché a lo largo de mi vida.

“el rock es rebeldía” “el rock es revolución” “el rock es sexo” “el rock es inteligencia” “el rock es amor” “el rock es libertad” “el rock es marginación” “el rock es un fenómeno de masas” “el rock es volumen” “el rock es ruido” “el rock es ritmo” “el rock es como el tango” “el rock es para bailar” “el rock es jugar con los límites” “el rock es fuerza” “el rock es filosofía” “el rock es autodestrucción” “el rock es el demonio” “el rock es la droga” “el rock es política” “el rock es poesía” el rock es magia” “el rock me salvó la vida” “el rock es profundo” “el rock es una idiotez” “el que conoce al rock no lo abandona nunca” “el rock no tiene límites” “el rock excede las fronteras” “el rock es glamour” “el rock es divertido” “el rock es la verdad” “el rock es denuncia” “el rock es sabiduría” “El rock es un negocio” “el rock es una forma de vida” “el rock es un sentimiento” “el rock es anarquía” “El rock es la voz de no se que mierda”. Lindo catálogo aunque incompleto. Si cambiáramos “el rock” por “Dios” más de uno se podría sorprender.

Sobre este catálogo siempre en expansión, rescato la palabra "Ruido". Cultura del rock=cultura del ruido. Cuando éramos adolescentes y poníamos un casette de Riff nos decían: eso es Ruido. Pero lo que a simple vista era una descalificación de cierto tipo de música, dejaba entrever ciertas estructuras de pensamiento, que podrían traducirse como: "la música que estás escuchando me hace ruido en la cabeza", más que nada porque quienes emitían el juicio sobre lo que uno escuchaba estaban muy lejos de poner la oreja en algo sin tener el permiso de la radio y la TV. ¿Qué sentía yo cuando me decían que mis casettes eran ruido? Que yo había llegado más lejos.

Pienso que, así como el hombre desciende de los primates y no de Adán, la música no desciende del sonido sino del ruido. La humanidad se las ha ingeniado para encontrar estructuras que la naturaleza le brindaba servida en bandeja, tales como la armonía. Estructurando la música alrededor de esas ideas, el sonido resultó ser la estrella. Y el ruido, viejo patriarca del mundo musical, fue reducido a un geriátrico y solo quedó lo percusivo, siempre que estuviera en un contexto más grande. Pero la música evolucionó siempre buscando al ruido, Ruido le habrían llamado unos monjes medievales a Mozart, Mozart a lo que hacía Charlie Parker, Charlie Parker a lo que hace Korn, y Korn a lo que hacían los monjes medievales. El ruido está dentro de la cabeza. Cuando hacemos música con el ruido, damos un paso más allá, cuando entendemos música que nos hace ruido estamos incorporando una modificación fundamental a ese organismo en permanente evolución que es el pensamiento.

Entonces ¿Los chicos de Korn escuchando cantos gregorianos es una forma de rock? No, es más que eso. Es cultura rock. Cultura del ruido. Pensemos la típica idea de ser desafiante o rebelde. Mucho se ha hablado de dominar al miedo y de usarlo para incrementar el coraje. Creo que dominar al ruido es una experiencia de crecimiento que no tiene la suficiente prensa. Esto deja afuera la cuestión musical del rock, pero sirve por demás a una mirada postpostpostpostmoderna, con la cual un chico que escucha a Boulez es diez mil veces más desafiante que uno que escucha Guns'N Roses.

En medio de todo esto, nadie garantiza que habrá resultados con el desafío del ruido. Nadie dice que algo será placentero cuando sea parte de nuestro entendimiento. Como había dicho, en el Club se escucha principalmente rock, pero claro, no abunda el rock and roll, abunda el ruido. Abunda la gloriosa tensión del ruido sagrado.