viernes, 24 de abril de 2015

LA POTESTAD II


Habiendo entendido que no era mi intención componer un ensayo literario sino una obra principalmente musical y poética, me sentí bastante libre de escribir manteniendo como telón de fondo el tema del poder "doméstico".

Como dije en un post anterior, sabía perfectamente que cualquier temática que yo escribiera podría ser ser interpretada como una alusión al poder. Pero por supuesto no iba a permitir que se me diera tan fácil. Así que tomé como propio aquello de que los escritores que realizan una biografía de cada uno de sus personajes generan ficciones más sólidas que si no lo hicieran.  

Aunque hubo algunos intentos dejé de lado la documentación y bibliografías que abordaban el tema. Directamente no me sirvió de nada. Preferí  concentrarme en mis reflexiones y en mis propias vivencias al respecto. Digo, si me metía en esa tenía desde "La voluntad de poder" hasta "Gente Tóxica". Y aunque parezca exagerado, alguna vez vi un afiche de un nuevo libro de Stamateas llamado "Más gente tóxica" en el cual se veía una bajada que decía: "Cómo son las personas que te quieren mal para sentirse bien" . Mi reacción en ese momento fue..."puta, yo desde toda la vida vengo escribiendo sobre esto".

Dejando de lado mi propio lado tóxico, incluso evitando intoxicarme con boludeces, empecé, como al fin de cuentas hago siempre, a hurgar en mis vivencias. No hacía falta que se tratara de algo que me hubiera pasado en person. Podía ser el recuerdo de alguna ficción leída, o de una película, o de algo que me contaron, fuera o no verídico. Eran mis sentimientos frente a una situación lo que me llevaba a elegir "categorías" o "temáticas". Y por supuesto, aunque no fuera lo único, mis propias vivencias. 

Entiendo muy claramente el porqué de mi rechazo escribir narrativa. Sólo quienes escriben saben el vacío terrorífico que significa una hoja en blanco. De la misma forma que el entusiasmo casi delirante con que se busca esa misma hoja cuando una idea se nos ha posado. Creo que no podría soportar escribir narrativa, cuando apenas llego con los ojos hundidos al final del periplo cuando de poesía se trata. Y no es que sea más sencillo. Simplemente en la narrativa no se admite (yo no lo admito) que alguien haga un proceso dentro de sus posibilidades. Hay un standar. Y la buena voluntad no alcanza. Y la libertad...por favor, no me hagan hablar que me acuerdo de cada uno. Narrar es más de cirujano que de artista. Hay demasiados cirujanos y también hay demasiados libros muertos en medio de la cirugía.  Continuará...










miércoles, 22 de abril de 2015

LA POTESTAD - I


LA POTESTAD empezó formalmente el 9 de julio de 2011. Igualmente ya venía pensándolo desde tiempo atrás, y de eso seguramente no tengo registro escrito. 

Seguramente la decisión de tomar este camino surgió al darme cuenta que hacía ya bastante tiempo que venía escribiendo y pensando acerca de la idea del poder. Y en este caso nunca aludía al poder fáctico, ni político, ni económico, ni teorías conspirativas. Todas las ideas giraban en torno a los vinculos, en el poder que no se ve de lejos, pero que está relacionado con muchos actos cotidianos.

Dandome cuenta de que esta miniatura del poder es un acto cotidiano que tiene como fin el bienestar de quien lo ejerce, llego a la conclusión de que es un tema bastante pobre para abordar, especialmente porque una buena porción de la poética alude a esto. Uno puede escribir una canción que diga: "me siento feliz porque tuve el acto de poder haber logrado que me dieran la razón", pero seguramente hay miles de poesías que sentencian "me siento feliz porque me dieron la razón". Uno sabe que está todo escrito, lo cual es tranquilizador. Hay quienes afirman que en líneas generales no hay más que 12 temas que se abordan en la literatura. Así que si yo no soy original, tampoco lo es nadie. Pero la idea seduce, y a algún lugar tengo que llegar con eso. No obstante me propuse no escribir sobre actos de poder como si fuera un catálogo. ¿entonces que es lo que tenía que hacer? 

Pues lo de siempre. Con una temática en mi mente me dediqué bastante tiempo a escribir poesías casi automáticas, lo que yo denomino MATERIA PRIMA. Se trata de un proceso de gestación inicial, dejando fluir material que no va a tener por sí solo (casi nunca) la altura que uno pretende para su trabajo. Muchas veces, en apariencia, esa escritura no tiene nada que ver con lo que quiero decir. Pero el proceso continúa. Así llené hojas y hojas (virtuales) de poesía poco atractiva, forzando un parto que no puede ser forzado, pero del cual puedo decir por experiencia que el resultado final es muy distinto. Y muy superior. Esta temática a la que refiero es una serie de títulos a modo de “stickers” que constituyen la parte menos artística y más personal del asunto. Por ejemplo: “el poder de la verdad”, “el poder de las convicciones”, “el poder de la obstinación”, etc. Con este trasfondo las ideas tienen una solidez bastante respetable y el proceso sigue, llevándome a descubrir casi sin esfuerzo cuales pueden ser los títulos de los temas que voy a hacer. 

...aunque a veces los títulos aparecen antes. Seducen y uno encuentra cómo hacer crecer la idea alrededor de eso. Esto me pasó justamente con el nombre de la obra. LA POTESTAD. No es el mas adecuado nombre para reflexionar y contar historias sobre el poder. Pero además de que no iba a ponerle EL PODER a un disco mío, yo siempre tengo en cuenta de que esto es una EXPRESIÓN ARTISTICA, buena o mala, pero sin dudas sincera y auténtica, y uno de sus elementos es el JUEGO. Y por lo tanto acá no hay literalidades. A modo ilustrativo, comento que en un principio, con ideas similares dándome vueltas, pensaba ponerle LA EVIDENCIA a la obra conceptual ¿La qué? Eso. Díganme si tiene algo que ver. Seguramente mucho. Pero no. Quedó LA POTESTAD. Continuará.